viernes, junio 23, 2017

Adiós muchachos compañeros de mi vida.

Ese día me puse una corbata, nudo sencillo, los zapatos eran nuevos, y me fui al lugar donde sería la entrega de papeles, el antiguo cine Alameda, sería el final de mi etapa de secundaría, entre niño, y salí queriendo conquistar a una niña de ojos hermosos (que por seguridad nacional omitiré su nombre). Me dio mucha tristeza, porque ustedes saben, las amistades a esa edad son especiales, no importan la cartera, el carro o puesto, somos amigos por el hecho de serlos, por que perdimos todos los partidos de fut, bueno casi todos los partidos en los 3 años, solo empatamos uno al final, porque nos pasábamos la tarea 10 minutos antes de iniciar la clase, y porque para muchos fue la primera vez que descubrimos que el corazón también quiere. Han Pasado ya 25 años de esa despedida, que mi playera de generación firmada por cada uno de mis AMIGOS se deshizo de tanto uso. Aún tengo grandes recuerdos de esa gran generación 89-92 de la Secundaria del Estado. La vida nos llevó a todos por caminos diferentes, algunos, políticos, otros ingenieros, unos historiadores, otros músicos, contadores, bailarinas, y yo, pero antes que nada AMIGOS. Fue una etapa tan bella y a veces me alimento de recuerdos, otras veces no es suficiente y nos vemos, para jugar futbol, para tomar un café o para ir a una cantina.

Nenota, sé que estas triste pero, vienen cosas lindas, no quiero decir mejores, los volverás a ver, y les dirás por su nombre de cariño, sin anteponer su profesión. Y si ese corazón se flechó, también tendrás oportunidad de decirle aun con el paso del tiempo al culpable, muchas cosas.

No estés triste, porque me recuerdas ese día, y no quiero llorar contigo.


Nos vemos luego…